En declaraciones a la radio local Actual FM, Maggioni explicó que llega tras meses de entrenamiento intenso en el Lago Argentino, en El Calafate, donde trabajó la adaptación al frío extremo, la resistencia y la técnica necesaria para aguas abiertas. “El Desafío del Estrecho no es solo una competencia: es un punto de encuentro entre nadadores que compartimos la pasión por el agua fría y el espíritu de comunidad”, señaló. 

El objetivo de Maggioni es ambicioso: quiere colgarse dos medallas en distintas pruebas de la competencia. Aunque no se precisan aún las distancias exactas, la preparación sugiere que competirá tanto en una prueba de medio fondo como en una de fondo. La apuesta es fuerte y representa también una proyección para el deporte de aguas abiertas en Santa Cruz.

Además de lo deportivo, Maggioni valoró la relevancia del evento para su región: “La natación en aguas abiertas pone a nuestra zona en el mapa del turismo deportivo. Aporta al movimiento económico local, genera ocupación hotelera y gastronómica, y promueve valores como la salud mental, la vida sana y la integración social.” 

Toda la comunidad de Río Gallegos estará pendiente de su desempeño. Más allá de las medallas, lo que está en juego es el crecimiento del deporte de alto rendimiento patagónico y la visibilidad de que “los extremos” también pueden ser escenarios de excelencia. ¡Vamos Emiliano!